Master of Monsters v1 c1

Agradecimientos al staff de Master of Monsters en re:Translations.

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Incidente en cierta cueva

Notas del autor:
   Esta es mi primera publicación.
   Como esta es mi primera historia, por favor cuida de mí.

 

Capítulo 1

Los seres humanos son basura.

Me encogí en el interior de una cueva y seguí maldiciendo, aun cuando estaba siendo atormentado por dolores incesantes.

Era lo único que podía hacer.

Mi exhausto cuerpo, que no había descansado adecuadamente, no podía moverse bien.
Tengo tanta hambre, que el ácido del estómago me está quemando las entrañas, y mis ojos ruedan con mareo.

Si realmente estaba enfermo en este momento, sería de verdad el final para mí.

Sólo podía reconocer que mi situación era absolutamente desesperada.

Maldita sea. Maldita sea.

No quiero morir de una solitaria manera en un lugar tan extraño.

Me pregunto qué pecados he cometido para encontrarme un destino como este.

No, eso no es correcto.
No he hecho nada.

Los otros fueron los que lo hicieron. A lo más, yo era sólo una víctima.

Es por eso que sigo maldiciendo.
Haciendo esto, no dejo que mi consciencia se desvanezca.

Pero, como para burlarse de los esfuerzos de alguien como yo, escucho un sonido que proviene de la dirección de la entrada de la cueva.

El sonido de algo que se arrastra por el suelo.

Como algo arañando mi espíritu, es un ominoso sonido.

… No vengas. No vengas, no vengas , ¡no vengas!
Grito dentro de mi corazón, pero el sonido continúa acercándose cada vez más y más.

Se acabó. No puedo escapar de ello.

Con el corazón lleno de desesperación, vuelvo la mirada hacia el sonido, mientras sigo permaneciendo agachado.

Estando de pie, estaba una criatura de más de dos metros de altura que tenía un cuerpo semi-líquido.

“… Ah.”

Monstruo.

Así es como los llamamos, los enemigos naturales de los seres humanos.

La criatura que convenientemente nombramos slime, parece haberme encontrado, a pesar de no tener ojos.

Yo ni siquiera había pensado en escapar. En primer lugar, ni siquiera tengo la suficiente fuerza para levantarme.

“Maldita sea.”

Mi extendido brazo fue el primero en ser comido por los fuertes jugos digestivos. El uniforme que llevo se derrite, pero el dolor no llega a mi cansado cerebro; fue transmitido como entumecimiento y pérdida de sensibilidad en su lugar.

Parece que mi vida estará llegando a su fin aquí.

No, no, no.

No quiero eso.

“… Alguien, sálvame.” Dejando atrás estas patéticas palabras al final, perdí el conocimiento.

Eso fue hace 3 días, cuando empecé a perder la esperanza en los seres llamados “humanos”.

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